En el ámbito educativo, cultural y religioso
El impacto de las dos grandes oleadas de invasión que se dieron al final de la Edad Antigua (los bárbaros) y comienzos de la Edad Media (los árabes), pensamos que hubieran configurado entre nosotros una tierra y unos pueblos muy diferentes sobre todo en lo que se refiere a determinados valores y al sentido de la existencia. No puede olvidarse el papel que jugó la Iglesia, después de la caída del Imperio Romano, como factor de cohesión de las gentes y de organización de la sociedad a través de sus monasterios y de sus parroquias. Por centrarnos en nuestra diócesis basta conocer la vida y actividad de nuestro obispo y patrono San Ramón, (s. XI), en su labor de consagrar iglesias para Dios, dar conciencia de pueblo a las pequeñas comunidades dispersas por nuestras montañas y atender a los indigentes y menesterosos.
Viniendo a nuestra época más reciente, ¿qué aportaciones ha hecho la Iglesia a nuestras tierras del Alto Aragón? Pueden enumerarse una serie de iniciativas, algunas de la cuales han sido asumidas posteriormente por las administraciones civiles, pero que tuvieron su origen en iniciativas promovidas por la Iglesia:
1.- En primer lugar, hay que señalar la importancia de la vida religiosa (parroquias, celebraciones, misiones populares, romerías, iniciativas diversas de carácter religioso), por supuesto como alimento espiritual de las personas, pero también como elemento de cohesión y estabilidad humana y social.
2.- La restauración del Seminario después de la guerra civil y la construcción de un nuevo Seminario en el que tuvieron gran protagonismo los obispos Arturo Tabera y Pedro Cantero. El Seminario ha sido un factor de educación para muchísimos adolescentes y jóvenes de nuestros pueblos que encontraron en él, aunque muchos no llegaron a ser sacerdotes, un centro de enseñanza y de preparación para la vida. En la provincia de Huesca sólo había un Instituto de Enseñanza Media, en la capital, y escasos centros educativos en Barbastro y Jaca.
3.- La reflotación de “El Cruzado Aragonés” por parte del obispo Pedro Cantero, cuando sólo existían los diarios de Zaragoza (Heraldo, Amanecer, El Noticiero) y Nueva España de Huesca. En los primeros años de la segunda época de “El Cruzado” fueron los párrocos los corresponsales por los que nuestros pueblos pudieron asomarse a una publicación periódica.
4.- En este ámbito educativo también hay que señalar iniciativas de pequeñas academias gestionadas por los sacerdotes: en ellas pudieron hacer algunos estudios los niños y jóvenes que no tenían medios para trasladarse a los colegios de Barbastro o Huesca.
5.- El Colegio Libre Adoptado de Aínsa, que luego fue reconocido como Instituto de Enseñanzas Medias, estuvo promovido por algunos laicos de Aínsa, Lafortunada, etc., motivados por su fe religiosa y su amor a la tierra. Este Colegio contó desde los primeros momentos y hasta que pasó a ser Instituto de E.S.O. con el apoyo de un sacerdote como profesor de religión y como director espiritual.
6.- La Escuela de Hostelería de Guayente y Centro de Enseñanzas Profesionales cuando en el Valle de Benasque sólo existían las Escuelas Nacionales de Primaria. La aportación de la Iglesia fue determinante para que se estableciera dicha Escuela y para que Guayente se abriera al conjunto del Valle con muchas iniciativas de promoción y desarrollo, sobre todo en el ámbito cultural.
7.- La Escuela de Restauración de obras de arte que la Diócesis puso en marcha en Laspaúles. Mientras estuvo activa contribuyó eficazmente a dar un impulso a Laspaúles y su entorno.
Con mi afecto y mi bendición
Ángel Pérez Pueyo
Obispo de Barbastro-Monzón