En Cartas de nuestro Obispo

En el ámbito artístico y patrimonial. (Cont.)

Monasterio de santa María y san Pedro de Alaón (Sopeira)
En el extremo más oriental de la comarca de la Ribagorza, a orillas del río Noguera Ribagorzana y en la localidad de Sopeira, encontramos el monasterio de Santa María y san Pedro de Alaón, considerado otro de los grandes cenobios altomedievales del Alto Aragón. Al igual que su homónimo de Obarra, se emplaza en un hábitat que, en la Alta Edad Media, era más que propicio para el surgimiento de establecimientos monásticos, junto al borde de un curso fluvial y en una zona de complicado acceso. Fue consagrado por san Ramón, obispo de Barbastro en 1123. Es un monasterio del siglo XII. La iglesia, único resto conservado íntegro del antiguo cenobio, presenta planta basilical con tres largas naves (más alta y ancha la central) que rematan en la cabecera triabsidial, conservándose bajo ella una angosta cripta. Lo que hace de este monasterio un edificio de especial interés es la combinación del arte románico lombardo con el cluniacense. Así también, el ajedrezado jaqués, el crismón y la decoración escultórica en los capiteles del templo aportan personalidad propia del románico aragonés.

Iglesia de san Cristóbal de Luzás
Hoy se puede considerar como una joya del románico ribagorzano, desconocida. Junto con un castillo-torreón de 70 metros por 25 del siglo XI, aparece la iglesia de san Cristóbal de Luzás, declarada Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural de Aragón. Es un edificio del siglo XII, de planta basilical de tres naves con sus respectivos ábsides cubiertos con bóvedas de medio cañón. En la parte superior de cada ábside aparecen tres ventanas cruciformes. Todos los capiteles interiores se encuentran decorados con decoración animal, vegetal, algunos están abocetados. A los pies del templo aparece un doble tramo separado por columnas en lugar de pilares. Es un planteamiento similar a la iglesia de Alaón y se da la curiosidad de encontrar dos capiteles, copia del monasterio de Alaón. Presenta una torre adosada de cinco pisos similar a la de Castigaleu, Lascuarre, Laguarres… del siglo XVII

 

Otras posibles rutas podrían incluir: la Catedral de Monzón, Sijena, Chalamera, Ainsa, San Vicente, etc.

La Diócesis de Barbastro-Monzón, entre otras muchas tareas, se ocupa de la conservación del ingente patrimonio cultural que conforman los templos y los bienes muebles que en ellos se custodian, creados para el culto y la liturgia, que requieren de un constante esfuerzo para garantizar su mantenimiento, conservación y restauración a pesar de los exiguos recursos económicos disponibles en las parroquias y el obispado, y de la escasa colaboración de otras entidades.

Hay preocupación por la conservación y defensa del patrimonio religioso, así como del patrimonio mueble e inmueble que atesoran las iglesias parroquiales, ermitas e instituciones eclesiásticas de nuestra Iglesia particular.  El patrimonio religioso está para su uso cultual y cultural, y ambos siempre para dar servicio a la sociedad, para su disfrute, refugio, oración, acogida… Es un patrimonio que es de todos y para todos, que mantenemos al servicio de los demás y que durante siglos permanece fiel a su espíritu inicial: servicio a los fieles y que, de una u otra forma, ofrezca la ayuda, el impulso, la paz, el consuelo, el recurso que necesitamos en cada momento.

Este pasado año han sido más de 500.000 € invertidos en la recuperación y conservación del patrimonio diocesano. Torrente, Alaón, Estiche, Alcolea, Cajigar, Selgua, Almudafar, Altorricón, Belver de Cinca…. entre muchas otras localidades, han visto recuperar, mantener y acondicionar su patrimonio.

Con mi afecto y mi bendición
Ángel Pérez Pueyo
Obispo de Barbastro-Monzón

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