La historia, como veis, vuelve a repetirse. Más allá de los errores personales e institucionales que la Iglesia haya podido cometer a lo largo de su historia y de los que reiteradamente ha pedido perdón… pocos grupos sociales han contribuido tanto en humanizar-divinizar la vida. Bastaría, como botón de muestra, estas cifras que he tomado de la Memoria de la Iglesia de España en el año 2014 (más arriba hemos tratado de expresar análogamente lo que ha supuesto para nuestra Diócesis) para quedar sobrecogidos de las GRACIAS que Dios nos ofrece a través de la mediación de tantos creyentes:
.- 47.600.000 horas invertidas en actividades pastorales en las 23.071 parroquias, en los diferentes movimientos, cofradías o grupos apostólicos;
.- los 18.813 sacerdotes; 57.531 religios@s; 13.000 misioneros; 104.995 catequistas; 2.504 capellanes y voluntarios en las cárceles; 16.626 voluntarios y agentes en los hospitales; 63.000 personas enfermas y familias que fueron acompañadas en su domicilio;
.- 2.600 centros educativos, 1.468.269 alumnos, 103.179 personal docente, 2.692.000 € de ahorro al Estado por los centros concertados, 25.660 profesores de religión, 3.501.555 alumnos inscritos en clase de religión; 15 universidades, 85.381 alumnos matriculados;
.- 240.282 bautizos, 244.252 primeras comuniones, 116.787 confirmaciones, 54.495 matrimonios, 23.624 unciones de enfermos;
.- 4.738.469 personas fueron acompañadas en centros sociales y asistenciales, 9.062 centros, 2.800.000 de personas atendidas en centros para mitigar la pobreza, 108.000 personas orientadas y acompañadas en la búsqueda de empleo, 84.000 personas mayores y enfermos crónicos y personas con alguna discapacidad y 160.000 inmigrantes recibieron ayuda;
74.000 familias acompañadas en los Centros de Orientación Familiar, 16.000 recibieron asesoría jurídica;
.- 10.800 niños y jóvenes atendidos en algún centro de tutela de menores, 32.400 mujeres acompañadas, atención de víctima de violencia; 81.917 voluntarios de Cáritas, 2.179.958 personas en exclusión social atendidas, 5.146 voluntarios en Manos Unidas, 608 nuevos proyectos en 57 países; etc.
¡Cuando hay tanto por hacer… no podemos perdernos en «nimiedades»!
Ser «apóstol de calle» es tener el mismo «corazón de Jesús», es decir, ser testigo de Jesucristo ante los demás. Que te reconozcan por tu amor a los demás, por pasar por la vida haciendo el bien, por tu alegría de haber recibido este gran don y ser capaz de contagiarla a quienes nos rodean. Esta es vuestra «revolución», cambiar la Diócesis a fuerza de ternura y comunión. Servir de bálsamo de todo corazón herido, roto o vacío. Esto nos llena también hoy de alegría y de paz.
Y hasta aquí llegan estos escritos que han querido transmitiros lo que ha ido diciendo y repitiendo el título general de los mismos, ¿Qué sería del Alto Aragón sin la Iglesia?, y que han surgido a partir del Ciclo de Conferencias que con el nombre general de “Iglesia y Sociedad” se realizó en la parroquia de Binéfar en los pasados meses de marzo y abril.
Agradezco de corazón a todos vuestra colaboración espiritual y humana con las actividades pastorales de nuestra diócesis.
Con mi afecto y mi bendición
Ángel Pérez Pueyo
Obispo de Barbastro-Monzón