En Cartas de nuestro Obispo

Don Ángel, obispo de nuestra diócesis, explica en esta Carta semanal cómo hay que entender hoy la realidad diocesana y cómo hay que atenderla pastoralmente. Son tiempos nuevos que nos  exigen a todos una nueva disposición y unos nuevos compromisos. Es tiempo de evangelizar desde lo que somos y tenemos.

Leer y aceptar ahora esta Carta nos ayuda hoy “a sentir con nuestro Obispo” la vida de la diócesis.
Consideraciones básicas y fundamentales.

El día del Pilar firmé, un año más, los nombramientos para este curso. Es, sin duda, la tarea más ardua y delicada que me toca realizar cada año al no poder corresponder como desearía a las necesidades que unos y otros me hacéis llegar. Con la misma sinceridad y confianza con que os dirigís a mí para hacerme notar vuestra inquietud por la falta de atención pastoral en algunas de las comunidades, quisiera abriros el corazón y poner todas las cartas sobre la mesa para que juntos, cuando haga la segunda visita pastoral en este curso a cada arciprestazgo, podamos hacer un discernimiento sereno, maduro, profundo, con altura de miras… para que a ninguno de los ciento y pico mil hijos del Alto Aragón oriental les pueda faltar nunca ni el pan de la palabra, ni el pan de la eucaristía, ni el pan del perdón, ni el pan de la cercanía, ni el pan de la ternura de Dios.

Tenemos estos números y estas personas
Las cifras hablan, sin palabras y con números, pero ayudan a ver que detrás están las personas y las necesidades a las que hay que atender.

Parroquias y comunidades en los cuatro Arciprestazgos:
.- En los siete mil kilómetros cuadrados que tiene aproximadamente la Diócesis de Barbastro-Monzón, salvo error u omisión, hay unos 254 municipios de muy desigual densidad, población y edades.
.- En el arciprestazgo o comarca del Bajo Cinca, hay 18 comunidades cristianas;
.- En el del Cinca Medio y La Litera, 39 comunidades;
.- En el arciprestazgo del Somontano, 20 comunidades;
.- En el del Sobrarbe y La Ribagorza, 177 comunidades.

Sacerdotes diocesanos
Actualmente contamos con 48 sacerdotes diocesanos, nacidos y formados en nuestra diócesis. En misión, fuera de la diócesis, hay 4 sacerdotes. Hay, en este momento, 13 sacerdotes jubilados, de los cuales 7 están en la Residencia de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, 3 en la Casa sacerdotal, y 3 residiendo en sus propios domicilios. La media de edad de nuestro clero autóctono es de 73 años. Teniendo en cuenta esto, y si nos moviéramos únicamente en términos financieros o simplemente humanos, la situación sería realmente de quiebra total. Menos mal que esta empresa es el Señor quien la dirige. Os confieso con humildad que cuando el Papa Francisco me confió vuestro pastoreo no me pidió que viniera para administrar «ruina» sino para gestionar el mayor y mejor «activo» que sois vosotros mismos. Y durante estos años es lo único que torpemente he procurado: poner en valor vuestra vida, haciéndoos descubrir los dones con que Dios os ha adornado… no para ser «floreros» sino para transformar y humanizar la sociedad. El cambio se producirá si somos capaces de poner al común lo mejor de nosotros mismos y hacer converger todas nuestras energías y posibilidades.

Nos vienen ayudas de sacerdotes “de fuera”
Los milagros existen. El primero, ya se ha producido: la presencia y colaboración de 27 sacerdotes no diocesanos y religiosos con encargo pastoral:
.- 16 sacerdotes venidos de siete diócesis de América Latina;
.- 6 religiosos;
.- 2 sacerdotes de la Prelatura del Opus Dei;
.- 3 de otras diócesis de España.
Con ellos, no sólo hemos logrado bajar la media de edad a 69 años, sino poder atender pastoralmente la mayoría de las parroquias.

Y contamos con la ayuda de los laicos para el servicio pastoral
Segundo milagro: el regalo de los que llamamos “Animadores de la Comunidad”. Son medio centenar de seglares, hombres y mujeres, que semanalmente ofrecen la mañana del domingo para ir a aquellos pueblos donde el sacerdote no puede llegar todos los domingos. Están siendo, sin duda, una verdadera caricia de Dios para las comunidades más pobres, envejecidas y abandonadas.
En esta línea está también la incorporación progresiva de seglares que actúan como delegados diocesanos de diversos sectores pastorales: de enseñanza, catequesis, misiones, pastoral juvenil, pastoral de la salud, etc. y los cientos de voluntarios que colaboran en caritas, manos unidas, pastoral de la salud, cofradías, apostolado seglar, pastoral juvenil-vocacional…

Reflexión y oración
Compromiso necesario
Mientras no nazcan de nuestras comunidades cristianas y de nuestros grupos apostólicos las vocaciones necesarias (sacerdotes, consagrados y laicos comprometidos) siempre estaremos en el aire, a merced de la generosidad de los demás. En estas circunstancias ni podemos ni debemos ser exigentes ni exquisitos. Más bien tendríamos que comprometernos todos y afrontar dos retos y compromisos necesarios y urgentes:
.- El primer compromiso debe ser ofrecer nuestro tiempo y nuestras capacidades para que los sacerdotes del arciprestazgo puedan enriquecer el grupo de Animadores de la Comunidad, de catequistas, de voluntarios de cáritas, de visitadores de enfermos o de ancianos, de sacristanes, lectores, acólitos, miembros del coro parroquial, etc., al menos, en cada arciprestazgo o en los pueblos más significativos;
.- El segundo, secundar la coordinación y animación que lleva a cabo el arcipreste para reestructurar y armonizar la atención pastoral de cada pueblo. Habrá que aunar esfuerzos y hacer converger todas las energías y posibilidades. Lo ideal sería que en cada comunidad pudiera surgir un animador que coordinara la atención personal y la vida espiritual de cada pueblo.

Los Animadores de la Comunidad.
Les doy mi agradecimiento y pido vuestro apoyo
A los que están ejerciendo actualmente este ministerio, desplazándose expresamente hasta los pueblos más recónditos de nuestra geografía, mi gratitud sincera y os ruego que los acojáis y apoyéis como lo habéis hecho conmigo y con vuestros curas. Los he llamado, a propuesta de vuestro párroco, los he nombrado y los he enviado para que os acompañen y sostengan vuestra fe. Los vamos capacitando poco a poco y les ofrecemos los subsidios litúrgicos necesarios para que puedan celebrar la Palabra y dar la comunión. No van en nombre propio sino enviados por vuestro Pastor. Sed flexibles también con los horarios de las celebraciones y de su presencia en los momentos más significativos de vuestra vida.

Gracias de corazón por vuestra paciencia y comprensión. Estamos trabajando por vosotros. Deseamos ofreceros el mejor servicio personal y pastoral.

Con mi afecto y mi bendición
Ángel Pérez Pueyo
Obispo de Barbastro-Monzón

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