En General

C) Camino de un nuevo éxodo
Con el Prefacio V, rezamos: ‘… Tú abres a la Iglesia el camino de un nuevo éxodo’.
– Exodo que es liberación y promesa: dejar ‘Egipto’ y adentrarse en ‘Canaán’; pasar de la esclavitud a la promesa.
– Exodo que es camino. Supone dejar idolatrías y ser introducidos en ‘la tierra que mana leche y miel’.
– Exodo que es experiencia de conversión, no tanto moral sino teologal. Porque es experiencia del encuentro con Dios.
La Iglesia, cada uno de nosotros, vivimos abiertos al ‘camino de un nuevo éxodo’. También el Señor quiere liberarnos de nuestras esclavitudes en este camino.

Ese mismo Prefacio nos indica el contenido de conversión de la Cuaresma:
1)    Para bendecir tu nombre:
Es reconocer a Dios y bendecirle con palabras y acciones. Es acoger el señorío de Dios sobre nuestra vida y la vida de la Iglesia. Somos llamados para ‘bendecir el nombre de Dios’ porque le hemos reconocido presente y actuante en nuestra vida; porque creemos en Él.
2)    Para escuchar tu Palabra:
Hay tanta palabrería y, en ocasiones, tan poca ‘Palabra’ Necesitamos la Palabra; pero Palabra ‘escuchada’. Así lo quería Dios cuando indicó a Israel que ‘escuchara’. Los cristianos debemos vivir en permanente ‘escucha de la Palabra’, como nos lo recordó el Papa Juan Pablo II. ‘… la primacía de la santidad y de la oración sólo se puede concebir a partir de una renovada escucha de la palabra de Dios’ (NMI 39).
3)     Para experimentar con gozo tus maravillas:
Llamados a ser contemplativos, la gracia del Señor hace de nosotros personas que sepamos y queramos experimentar las maravillas de Dios. La persona contemplativa no se queda en la superficie de la vida, de los acontecimientos, de las personas, de los sucesos, sino que los interpreta ‘con el sentido de Dios’. Ser renovados en santidad lleva consigo el don de ‘ver’ a Dios presente en la historia, en nuestra pequeña historia eclesial, social, familiar, personal. Y saber descubrir y gozar las impresionantes ‘maravillas’ de Dios. ‘Maravilla’ de Nazaret, de Belén, del Calvario, del Cenáculo… ‘maravilla’ en el día a día dentro de nuestro conflictivo mundo donde tanto crece el misterio del sufrimiento y de la cruz y de la muerte.

En esta Cuaresma, abiertos a la experiencia de ‘nuevo éxodo’, debemos dejar que Dios ‘reavive’ nuestra vocación de pueblo de la alianza, nos decidamos a permanecer en la ‘escucha de la Palabra y gocemos de la experiencia de las maravillas de Dios, que, por otra parte, celebramos cada día.

Con mi afecto y mi bendición
Ángel Pérez Pueyo
Obispo de Barbastro-Monzón

Teclea lo que quieres buscar y pulsa Enter