La delegación diocesana de Enseñanza de Barbastro-Monzón se ha sumado esta semana a una iniciativa nacional de repulsa contra la LOMLOE, la conocida como “Ley Celaá” con una campaña en Twitter que ha alcanzado el trending topic en la red social con más de 104.000 tweets. En esta quedada digital” han participado también agrupaciones de diferentes tipos así como particulares que no comparten ni las formas ni el fondo de la propuesta ministerial. Los tuiteros, incluido el obispo de la diócesis de Barbastro-Monzón, han reclamado la paralización de la ley con la etiqueta #StopLeyCelaá. Para Ángel Pérez, “la educación es un tema fundamental. No olvidemos que nos estamos jugando el futuro de nuestros jóvenes”.
Lo que más extraña a los participantes de esta iniciativa es que, en estas circunstancias de confinamiento, la ministra Celaá pretenda implantar “con nocturnidad” una ley que merece ser dialogada con todas las fuerzas políticas y estudiada con sosiego, más si cabe ahora que lo que está por venir, la llamada “nueva normalidad”, es un periodo incierto y requerirá la modificación de estrategias educativas y el replanteamiento del modelo.
La Ley, desde el punto de vista de las instituciones promotoras de esta iniciativa digital, merece ser consensuada para perfilar un marco general que soporte la educación de varias generaciones. Recuerdan los promotores que ésta sería la octava ley de educación de la democracia, detalle que demuestra la inestabilidad del sistema y la necesidad de alcanzar un gran pacto educativo.
Las asociaciones, federaciones, profesores, colegios, sindicatos, patronales, así como los particulares que se han sumado a esta movilización en redes, exigen también que se perfile una ley que respete los derechos fundamentales de diferentes colectivos, especialmente la libertad de elección de centro, el mantenimiento de los centros de Educación Especial y la dignificación de la clase de Religión, ámbito este último que también se ha reforzado con el #ReliEsMas, que ocupó puestos muy relevantes en el ranking de Twitter, la conocida red social desde la que el lunes se exigió a la ministra un gran pacto político para dar estabilidad a la educación en España.