En Cartas de nuestro Obispo

La historia de los territorios, de las ciudades y de los pueblos se escribe a través de la vida de sus gentes, de los acontecimientos, tradiciones, hechos y celebraciones que a lo largo del tiempo se van sucediendo. Desde el siglo XIII, las cofradías han posibilitado la unión de la voluntad de sus gentes, transmitida de generación en generación. Una voluntad que ha servido de ayudar para superar los momentos de crisis. En el conjunto de la Diócesis, la historia más reciente está marcada por el resurgir cofrade y de sus celebraciones, tras su total desaparición en la Guerra Civil.

Más recientemente, en el año 2005 y a iniciativa de las propias cofradías, nace el I Encuentro de Cofradías de la Diócesis, en Barbastro. Se cuentan ya dieciséis ediciones de este foro de diálogo, comunicación, formación y confraternización de los cofrades pertenecientes a las cofradías que se extienden por la geografía de la diócesis, para compartir problemas, necesidades y experiencias. A esta iniciativa se van sumando un mayor número de cofradías y poblaciones, lo que aumenta la participación y representación.

Como respuesta, se crea una Delegación Diocesana para las Cofradías y Hermandades, que contribuya, por una parte, a crear puentes entre cofradías y, por otra, entre éstas y la propia Diócesis. Esta delegación tiene entre sus objetivos y funciones:

• Elaborar un censo de las cofradías existentes en la diócesis que facilite su conocimiento y comunicación.

• Definir y establecer una unidad de acción, con la creación y organización de un equipo de trabajo.

• La revitalización y animación de las cofradías.

• Valorización del fundamento de las cofradías, en la nueva configuración arciprestal de la Diócesis, desde su característica de asociaciones de “piedad popular”.

• Promover la participación de las cofradías a través de las tareas y consejos parroquiales de las parroquias donde están establecidas.

• Comunicación con los párrocos y/o consiliarios

• Ámbito normativo, difusión y cumplimiento.

• Establecer un conocimiento e interrelación con las diferentes delegaciones diocesanas.

• Acompañamiento y potenciación de los fines y las actividades de las cofradías: en los fines establecidos en los Estatutos, en el mencionado encuentro diocesano, las jornadas de juntas directivas, momentos de reflexión y oración y momentos de confraternización; en la formación cofrade, en sus celerbaciones y procesiones, en romerías…

Como nos dice el Papa Francisco, en la Exhortación Apostolica Evangelii Gaudium: “La piedad popular es «una manera legítima de vivir la fe, un modo de sentirse parte de la Iglesia, y una forma de ser misioneros”; conlleva la gracia de la misionariedad, del salir de sí y del peregrinar: “El caminar juntos hacia los santuarios y el participar en otras manifestaciones de la piedad popular, también llevando a los hijos o invitando a otros, es en sí mismo un gesto evangelizador”. ¡No coartemos ni pretendamos controlar esa fuerza misionera!”

Con mi afecto y bendición,

Ángel Pérez Pueyo

Obispo de Barbastro-Monzón

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