En Cartas de nuestro Obispo, General

 

No se me olvidará aquel uno de febrero de 2014. Fue el día que desembarqué con mi Seat León en el puerto de Barcelona con dirección a Barbastro. El viaje había sido infernal. El Ferry, debido al fuerte oleaje, tuvo que navegar bordeando la costa hasta atracar en la ciudad Condal. Iba con el coche cargado. Al desembarcar tan tarde llamé a don Alfonso y me aconsejó no pernoctar por el camino aunque llegase de madrugada. Le hice caso. Lo que no imaginaba era lo tortuoso que me iba a resultar entrar en Barbastro. Todas las calles estaban cortadas con vallas. Fue mi primera lección. Aprendí lo que significa «La Candelera» en Barbastro. Aunque llueva, truene o relampaguee siempre brilla el sol en el corazón de sus hijos. Todo el Somontano pulula ese día por sus calles rebosando luz y vida.

La primera eucaristía fue aquella tarde en el convento de las hermanas pobres de Santa Clara de Monzón junto a los consagrados, religiosos y religiosas, de nuestra Diócesis. En aquella acción de gracias, motivado por mi predecesor, me atreví a pedir humildemente a cada uno de los religiosos y religiosas de la Diócesis que realmente fuesen LUZ para todos.

Todo converge en la misma imagen. En Simeón y Ana, aquellos dos ancianos de Israel, veo reflejados hoy a nuestros propios abuelos que, a pesar de las contrariedades de la vida, han sabido reconocer en Jesús de Nazaret al salvador del mundo. Gracias a tantos creyentes como ellos, humildes y sencillos, abiertos siempre al Espíritu, seguimos vislumbrando cómo se van cumpliendo todas las promesas de Dios.

Aquel niño que fue presentado en el templo como luz de las naciones sigue siendo para muchos «signo de contradicción» al no reconocerse como verdaderos hijos de Dios ni descubrir la dignidad que su paternidad otorga a toda criatura a quien creó por amor y le invita a participar eternamente de su misma felicidad.

Nuestra presentación y consagración a Dios en este día tan emblemático nos urge a todos los hijos del Alto Aragón a salir a los caminos para iluminar el corazón del mundo. Y juntos llegar al conocimiento de la VERDAD.


Con mi afecto y mi bendición

Ángel Pérez Pueyo

Obispo de Barbastro-Monzón

Teclea lo que quieres buscar y pulsa Enter