Monseñor Ángel Javier Pérez Pueyo
+ Nacido en Ejea de los Caballeros (Zaragoza) el 18 de agosto de 1956
+ Padres: Rodrigo (1924-2012) y Carmen (1929-2005). Hermana : María Concepción (1954-1998)
Biografía
A los 10 años ingresó en el Seminario Metropolitano de Zaragoza donde estudió hasta 1972, cuando pasa al Seminario Mayor para estudiar COU. Como es demasiado joven para iniciar los Estudios Eclesiásticos los formadores le recomiendan que inicie la Etapa Introductoria y estudie Magisterio en la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado de Educación General Básica “Virgen del Pilar” que se hallaba ubicada en el mismo edificio del Seminario. En 1974 inicia sus Estudios Eclesiásticos en el Centro Regional de Estudios Teológicos de Aragón (CRETA).
En 1977 va a Salamanca al Aspirantado Maestro Ávila, casa de formación que la Hermandad de los Sacerdotes Operarios Diocesanos tienen en España, donde cursa los tres últimos años de Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca. Posteriormente realiza estudios de licenciatura en Filosofía y Ciencias de la Educación en la Universidad Civil de Salamanca.
El día 19 de marzo de 1980, es ordenado sacerdote por Mons. Antonio Vilaplana Molina en Plasencia (Cáceres) donde había sido enviado por los Superiores de la Hermandad para realizar la Etapa de Pastoral como formador y profesor en el Seminario Menor de dicha Diócesis. Al finalizar el curso 1979/80 es destinado al Seminario de Tarragona, donde hasta 1985 desempeña su labor formativa como responsable de los seminaristas y como tutor y profesor del Colegio-Seminario.
En 1985 es nombrado rector del Aspirantado Menor de Salamanca. Colabora como profesor y tutor en el Colegio Maestro Ávila impulsando el trabajo de pastoral juvenil y vocacional con los alumnos y profesores del mismo colegio.
En julio de 1990, en la XVIII Asamblea General, es elegido miembro del Consejo Central y se le responsabiliza de la Coordinación Pastoral de la Hermandad. Durante este tiempo coordina la preparación y dirección de los cursos para formadores de seminarios que se impartieron en Buenos Aires (Argentina), en Caracas (Venezuela), en Lima (Perú); colaboró en el diseño del Curso para Formadores de Seminarios organizado por la Comisión Episcopal de Seminarios y Universidades de la Conferencia Episcopal Española que se viene celebrando durante el verano en Santander; y colabora como profesor en el Curso para Formadores de Seminarios de lengua española-portuguesa, organizado por la Congregación para la Educación Católica, que se imparte en el Pontificio Colegio Español de San José y en el que participan formadores de diferentes países Lati¬noamericanos. En 1994 participa en Itaicí (Brasil) en el I Congreso Continental Latinoame¬ricano de Vocaciones y en 1997, en el Congreso sobre secularidad del presbítero diocesano organizado por la Comisión Episcopal del Clero de la Conferencia Episcopal Española.
En julio de 1996, en la XIX Asamblea General es elegido director general de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos hasta el año 2002 cuando será reelegido en la XX Asamblea General, celebrada en el Pontificio Colegio Español de San José de Roma por mayoría absoluta en primera votación. En septiembre de 2008, al concluir su mandato como director general, es nombrado director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Seminarios y Universidades de la Conferencia Episcopal Española. El 2 de agosto de 2013 es nombrado rector del Pontificio Colegio Español de San José en Roma por la Congregación del Clero.
Episcopado
El día 27 de diciembre de 2014 se hace público su nombramiento episcopal de la Diócesis de Barbastro-Monzón. Fue ordenado obispo y tomó posesión en la catedral de Barbastro el 22 de febrero de 2015. Y el 1 de marzo entraba como pastor en la concatedral de Monzón.
Desde el principio ha tenido claro que lo más importante de su ministerio pastoral eran las personas. «Que nadie se pierda». Su único anhelo es acercar a cada persona a Dios, fuente y dador de vida.
Sencillo, humilde, acogedor, cercano con todo el mundo es como la gente lo define, verdadero «apóstol de calle». Para revitalizar la vida diocesana está intentando «vocacionalizar» la Diócesis, es decir, que cada uno de los hijos del Alto Aragón tenga clara conciencia de que es parte de una única y misma familia. Y que cada uno, aportando al común lo mejor de sí mismo, contribuye al crecimiento de nuestra tierra y de nuestra Diócesis.
Con la imagen de la «orquesta» está tratando de visibilizar que esta gran familia de familias está integrada por laicos, testigos del Reino en el corazón del mundo; consagrados, icono de la trinidad, de Cristo transfigurado, parábola y anticipo del Reino; ministros ordenados (diáconos, sacerdotes, obispos) que presiden la comunidad y suscitan todos los carismas (gracias), los armonizan y los sostienen.
Dada la escasez de sacerdotes autóctonos y su elevada media de edad se ha establecido un acuerdo bilateral de colaboración misionera con algunas diócesis hermanas de América Latina que generosamente ofrecen, por un periodo de tres años, prorrogable por otros tres como máximo, el servicio pastoral de sacerdotes más jóvenes. Teniendo en cuenta además la despoblación y el envejecimiento de nuestros pueblos se ha intentado simplificar la estructura diocesana, reduciendo a cuatro los arciprestazgos (Sobrarbe – Ribagorza, Somontano, Cinca Medio – La Litera, Bajo Cinca).
Se está tratando de modernizar la gestión de la Curia y ofrecer una total transparencia económica que nos conduzca en unos años a una verdadera autogestión diocesana. Se ha impulsado la figura de los «animadores de la comunidad», constituyendo verdaderos «equipos en misión» (sacerdotes, consagrados donde los haya, y laicos) para que a cada comunidad, por exigua que sea, no le falte ni el pan de la Palabra, ni el pan de la Eu¬caris¬tía, ni el pan de la ternura de Dios. Los diferentes «delegados de pastoral», en su mayoría laicos, acompañados por un sacerdote que hace de consiliario, están logrando revitalizar los distintos ámbitos pastorales (catequesis, enseñanza, pastoral juvenil – vocacional, pastoral de la salud, cofradías, etc.).
La figura del «arcipreste», verdadero coordinador de la acción pastoral y animador de cada agente evangelizador del propio arciprestazgo, está resignificando la visión coral de la acción pastoral de toda la diócesis. La «baraja de familias» que se ha preparado, significando las cuatro dimensiones de toda acción pastoral («martiría» [testimonio], «diakonía» [servicio], «leiturgía» [celebración] y «koinonía» [coordina¬ción]), visibiliza el anhelo de servicio y de entrega gratuita a los demás.
El litigio abierto con la Diócesis de Lérida –tan absurdo como estéril– nos gustaría que fuese una oportunidad de diálogo y de colaboración entre ambas diócesis y entre comunidades autónomas hermanas… ofreciendo una posible «ruta del románico» que, siguiendo el Camino de Santiago francés, ensanchara el alma de nuestro pueblo, generara riqueza, cultura, arte y recreara nuestros valores más genuinos, nuestras raíces cristianas.
Poner en «clave de SOL – MISIÓN» nuestra Diócesis de Barbastro-Monzón está siendo sin duda nuestro desafío más arduo pero también el más fecundo. Con el testimonio de nuestros mártires, laicos, consagrados, sacerdotes, con su pastor Florentino a la cabeza, sabemos que el esfuerzo y el sacrificio de hoy será semilla de abundantes vocaciones laicales, religiosas y también sacerdotales en esta iglesia diocesana del Alto Aragón.
Blasón
Semitroncado-partido: en el 1° de plata, la Cruz de San Jorge de color rojo, atravesada por tres manos cruzadas de color carne; en el 2° de azul, la torre de la iglesia parroquial de El Salvador de Ejea de los Caballeros, al natural; en el 3° de rojo, el báculo del Beato Florentino Asensio Barroso, Obispo de Barbastro y Mártir, de oro.
Escudo apoyado a una cruz, y adornado con un sobrero prelaticio y seis borlas por lado, todo de color verde.
Lema episcopal: TE BASTA MI GRACIA.
EXPLICACIÓN SIMBÓLICO-TEOLÓGICA
El escudo del Obispo Ángel Javier Pérez Pueyo, sintetiza las mediaciones de las que el Señor se ha servido en su llamada-respuesta vocacional: la mediación de su origen familiar y local, su pueblo natal de Ejea de los Caballeros; la mediación de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos del Corazón de Jesús, a través de la cual ha servido a la Iglesia; la mediación de la iglesia local de la cual ha sido constituido pastor, Barbastro-Monzón.
En el cuarto 1° encontramos una referencia a los orígenes del obispo, es decir una cruz de rojo sobre campo de plata, que representa propiamente la Cruz de San Jorge. En efecto, el Obispo es natural de Ejea de los Caballeros, provincia de Zaragoza, en Aragón, región de la que San Jorge es patrono. Además, es el signo elocuente del Redentor y de su obra salvífica realizada en el misterio pascual. Precisamente por este valor cristológico y soteriológico la cruz ha sido representada en el punto más noble del escudo, y contiene además un ulterior elemento que se refiere a la espiritualidad y a la vocación del titular, ya que sobre la cruz hay tres manos que reproducen el logo de la fraternidad sacerdotal dentro de la cual el titular ha servido a la Iglesia Universal –en el Seminario M. de Plasencia (Cáceres); en el Seminario M. de Tarragona; en el Aspirantado-Colegio “Maestro Ávila” de Salamanca; como Consejero General de Pastoral y Director General de la Hermandad en Roma; como Director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Seminarios y Universidades de la Conferencia Episcopal Española en Madrid; en el Centro de Servicios Pastorales en Majadahonda; en el Colegio Español de San José en Roma– en la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos.
En el 2° cuarto encontramos una figura que reproduce otro elemento que alude a los orígenes del titular, y más propiamente a su familia y a su pueblo. Se trata de la torre de la iglesia El Salvador de Ejea de los Caballeros. La construcción está representada en sus características naturales y con las sobras y colores típicos de una obra natural de piedra y ladrillo, sobre un campo de azul, color que puede ser leído como una referenciaa las cosas del cielo, a los más auténticos valores cristianos, y por consiguiente a la santidad. Además hace referencia a los colores emblemáticos de Ejea, blanco y azul.
En el cuarto 3° encontramos el báculo de un obispo de Barbastro-Monzón, que coronó su ministerio con el martirio: el beato Florentino Asensio Barroso (+ 1936). Está representado en oro no solo porque refleja el aspecto que en la realidad tiene la insignia pastoral, sino también porque hace referencia a la fe que él confesó hasta el martirio. El color rojo del campo es emblemático en relación al recuerdo y al culto de los mártires. A través de esta composición heráldica el Obispo quiere simbolizar la riqueza de la Diócesis confiada a su cura pastoral como tierra de santos y de mártires.
La frase escogida como lema,TE BASTA MI GRACIA, está tomada de un texto de San Pablo (2Cor 12,9), en el que el Apóstol reproduce las palabras de respuestas dadas por el Señor a su ardiente oración de ser liberado de una “espina en la carne” que lo afligía: “Te basta mi gracia: en efecto, la fuerza se perfecciona en la debilidad”. A la luz de las palabras del Señor, entendemos que las debilidades de Pablo se entienden en la lógica de Dios que revela definitivamente la omnipotencia salvífica de su amor en la impotencia extrema del Hijo crucificado. Palabras, estas, que han sido reflejo de su humilde ministerio hasta ahora y que el Obispo quiere asumir en lo sucesivo como verdadero programa pastoral.