Agradezco vuestra paciencia, comprensión y trabajo en hacer realidad los propósitos del nuevo curso. Con palabras de León Felipe: «Voy con las riendas tensas y refrenando el vuelo porque no es lo que importa llegar solo ni pronto sino llegar con todos y a tiempo». Hace dos semanas os compartí lo referido a Anuncio; este domingo, Caridad y Celebración.
Caridad:
- Ofrecer un itinerario diocesano que garantice la identidad y el voluntariado.
- Establecer una mayor integración con las parroquias, comunidad cristiana que brinda una ayuda inmediata, también los días de fiesta.
- Buscar una persona “puente”, de mediación, entre las diferentes comunidades. La burocracia no debe matar la caridad, sobre todo en situaciones de emergencia.
- Fortalecer la animación comunitaria desde Cáritas diocesana. Incentivar una mayor sensibilidad.
- El equipo ejecutivo de Cáritas, en comunicación y comunión con la administración diocesana.
- Los ocho moderadores de las unidades pastorales junto a los ocho responsables de caridad, y las diferentes instituciones que llevan a cabo una acción caritativa significativa, formarán parte del Consejo Diocesano de Cáritas de donde saldrá el equipo ejecutivo.
- Incrementar voluntarios, socios benefactores particulares y/o de empresas.
Celebración:
- Incentivar el Jueves Eucarístico en las comunidades cristianas que se pueda, con apoyo de los animadores si el sacerdote no puede.
- Ofrecer formación a los animadores de la comunidad y a los distintos grupos de las unidades pastorales.
- Seguir trabajando en las celebraciones conjuntas, diocesanas y las de unidades pastorales. Que algunas fechas las celebremos todos a la vez.
- Ser fieles a los subsidios que ofrece la diócesis.
- El coro BARMON grabará canciones que se puedan usar. Usar el himno de los mártires de Sor Nazaret como canto final de algunas celebraciones.
- Integrar a todas las comunidades, movimientos o grupos apostólicos (educativas, religiosas, residencias de ancianos, etc.) en las celebraciones de la unidad pastoral. Si se suprimiera alguna celebración también se deberían suprimir en dichas comunidades para visibilizar la unidad y comunión de la unidad pastoral.
- Ajustar y optimizar los horarios, lugares y días de las misas en el Arciprestazgo. Cada uno debe autoabastecerse entre sacerdotes y animadores de la comunidad.
- Asegurar la unidad de criterios en la celebración de los sacramentos.
- Establecer y publicar los aranceles por los servicios litúrgicos.
- Integrar a los animadores de la comunidad en la propia unidad pastoral, invitándolos a las reuniones que deberán ser en horario de la gente que trabaja.
- Incrementar y renovar los animadores de la comunidad. Cada arciprestazgo se ocupará de la atención personal y formación de sus animadores.
Con mi afecto y bendición
Ángel Pérez Pueyo
Obispo de Barbastro-Monzón