En la tarde del 18 de septiembre de 2020, falleció, tras una larga enfermedad cronificada progresivamente, que se ha intensificado y agravado durante las últimas semanas, el sacerdote diocesano, Don Jacinto Bralláns Tolo. Había cumplido los ochenta y seis años de edad en el pasado mes de agosto.
Nació en Bonansa, parroquia rica en vocaciones sacerdotales, a pesar de su reducida densidad de población, puesto que han sido al menos cuatro los sacerdotes oriundos de ella que han servido a la Iglesia diocesana desde la restauración de la vida eclesial al finalizar la guerra civil. Cursó los Estudios Eclesiásticos en el Seminario Conciliar de Barbastro y fue ordenado sacerdote en esta iglesia catedral, en la fiesta del patrón de la Diócesis, San Ramón, ahora hace sesenta y un años, todos ellos dedicados al servicio de los feligreses que fueron encomendados a su cuidado pastoral.
Inmediatamente después de su ordenación, fue enviado como párroco a Burgasé y su grupo de parroquias. Tres años más tarde, fue trasladado a las Vilas de Turbón y su grupo, donde permaneció otros tres años. En 1966, se le encomendaron las parroquias de Bonansa y su grupo, que atendió durante cinco años, siendo enviado, en el año 1971, al Valle de Gistaín para atender las parroquias de Plan y todo su grupo. Aquí permaneció durante treinta años, hasta el año 2002, en que pasó a residir en Barbastro, desde donde ha atendido las parroquias de Hoz de Barbastro, Coscojuela de Fantova y Salinas de Hoz, mientras su salud se lo ha permitido, colaborando también, en la medida de sus fuerzas, con los sacerdotes encargados de la capellanía de la Casa Amparo de Barbastro.
A lo largo de su vida pastoral ha sido designado, en varias ocasiones, miembro de los Consejos Diocesanos de Pastoral y de Asuntos Económicos, y también Arcipreste de Sobrarbe durante un quinquenio.
Su vida, por lo tanto, ha transcurrido en un servicio pastoral humilde y constante a las parroquias que le fueron encomendadas, todas ellas marcadas por la despoblación que progresivamente se viene apoderando de nuestro mundo rural.
Que el Señor bendiga ahora su entrega de tantos años con una vida eterna y feliz.
Fotografía: Diario del Alto Aragón