En la mañana del 7 de mayo de 2020, dos meses antes de cumplir los ochenta años de edad, falleció en la Casa Sacerdotal de Lérida, a donde él quiso retirarse a causa de las últimas crisis en su enfermedad, unas semanas antes de su muerte. Su deteriorada salud le impidió, durante los últimos ocho años de vida, entregarse a lo que fue su vocación y su gozo: el servicio pastoral de la Iglesia.
Dada las limitaciones derivadas de la pandemia del coronavirus, tuvo que ser enterrado al día siguiente, 8 de mayo, en la intimidad, con la asistencia del número estricto de familiares que permitían las normas sanitarias. El sepelio tuvo lugar en el cementerio de la parroquia de Esplús, de donde era oriundo. El Obispo diocesano comunicó personalmente a los sacerdotes la muerte de Mosen Jerónimo y pidió que lo hicieran saber a los feligreses y, sobre todo, que se unieran en la oración pidiendo a Dios su eterno descanso, mientras llegue el momento de celebrar su funeral en la Catedral de Barbastro. Y agradeció a la Diócesis hermana la acogida de Mosén Jerónimo en su Casa Sacerdotal, a la que él también se sentía cordialmente vinculado como miembro que fe del Presbiterio de dicha Iglesia.
Mosén Jerónimo había nacido el 2 de julio de 1940, en Esplús, que entonces pertenecía al Obispado de Lérida. A los doce años de edad, ingresó en el Seminario Conciliar de Lérida, donde curso los Estudios Eclesiásticos hasta el año 1964, en que recibió la ordenación sacerdotal. Inmediatamente, fue enviado como Coadjutor a la Parroquia de Tamarite de Litera; al año siguiente fue nombrado Prefecto de Disciplina del Seminario Menor de Lleida y dos años después, Director Espiritual del referido Seminario Menor. En 1970, fue nombrado párroco de Albelda y al año siguiente, de Benabarre, donde permaneció hasta 1990. Durante su servicio a la Parroquia de Benabarre, ejerció también los ministerios de Arcipreste de Ribagorza Occidental durante tres años, Confesor ordinario del Monasterio de monjas Dominicas de Benabarre, y encargado de las parroquias de Tolva, Litera, Luzás y Viacamp.
En 1990, se le encomendó la Parroquia de Fraga, en calidad de Párroco-moderador del equipo sacerdotal de dicha parroquia, permaneciendo en este cargo hasta el año 2012, en el que su quebrantada salud le obligó a retirarse a Barbastro, donde pasó los últimos años de su vida, atendido cariñosamente por los sacerdotes de la Fraternidad Sacerdotal de San Juan de Ávila, a la que él también pertenecía.
Cuando, en virtud de decreto “Ilerdensis-Barbastrensis, de finium mutatione”, la Parroquia de Fraga fue incorporada a la diócesis de Barbastro-Monzón, Mosén Jerónimo aceptó gustoso formar parte de esta Iglesia diocesana, tal como el referido decreto le autorizaba, y continuó como párroco de Fraga y Arcipreste del Bajo Cinca. Su celo apostólico y dedicación pastoral fueron siempre ejemplares y, en los últimos años de su vida, ha sido un modelo, además, por la aceptación del sufrimiento que le proporcionaba su enfermedad y le impedía entregarse, como hubiera sido su deseo, al servicio de los feligreses con absoluta dedicación.
La Iglesia diocesana de Barbastro-Monzón, con su Obispo a la cabeza, ha vivido el dolor de no haber podido despedir a Mosén Jerónimo con las muestras de afecto que se merecía, pero no ha dejado de encomendarlo en la manos paternales de Dios, con la confianza de que le haya hecho pasar al gozo de su Señor.