En Cartas de nuestro Obispo, Notas de Prensa

El pasado día 7 de diciembre de 2023, presidí en el convento de Santa Clara de Monzón la solemne vigilia de la Inmaculada conmemorando el 800 aniversario de la creación del primer belén de la historia realizado por San Francisco en la ciudad de Greccio.

Durante la vigilia, recogiendo la antigua tradición de nuestros hogares cristianos, armamos el belén, colocando doce figuras que, entresacado el diálogo con María de la Escritura, se sucedían varias peticiones por unos y otros para que nadie se pierda en la jungla de la vida: la estrella, los Reyes Magos, Herodes, la aldeana que va a por agua, las luces, el pastor, la mula y el buey, el pesebre, el ángel, San José, el Niño Jesús, San Francisco y Santa Clara. Y les invité a armar su propio belén, preguntándoles ¿qué figura te gustaría ser? ¿qué papel te ha confiado el Señor en el belén de tu vida? ¿Por quién pedirías?

Te ofrezco para que puedas ganar la indulgencia plenaria que vayas a cualquier iglesia de la familia franciscana (el monasterio del Dulce nombre de Jesús en Barbastro y el monasterio de la Inmaculada en Monzón ambas en nuestra Diócesis) y se detengan en oración ante los pesebres allí montados. Quienes deseen obtener el jubileo pueden recitar el Salmo XV compuesto por San Francisco de Asís para el tiempo de Navidad. Se trata nada menos que del Oficio de la Pasión del Señor:

Saltad de gozo por Dios, nuestro auxilio. Aclamad al Señor, Dios vivo y verdadero con gritos de júbilo Porque el Señor es excelso, terrible, soberano de toda la tierra.

Porque el santísimo Padre del cielo, nuestro Rey antes de los siglos, envió de lo alto a su amado Hijo, y nació que de la bienaventurada Virgen santa Maria.

Él le invocó: Tú eres mi Padre; y Él lo nombró su primogénito, más alto que todos los reyes de la tierra. En aquel día envió el Señor su misericordia, y en la noche su canto.

Éste es el día que hizo el Señor, saltemos de gozo y alegrémonos en él.

Porque se nos ha dado un niño santísimo niño, amado, y nació por nosotros en el camino, y fue colocado en un pesebre, pues no tenía sitio en la posada.

Gloria al Señor Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombre de buena voluntad.

Alégrese el cielo y salte de gozo la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena; gocen los campos y cuanto hay en ellos. Cantadle un cántico nuevo, cantad al Señor, toda la tierra.

Porque grande es el Señor y muy digno de alabanza, más temible que todos los dioses.

Dad al Señor, familias de los pueblos, dad al Señor, gloria y honor, dad al Señor la gloria debida a su nombre.

Tomad vuestros cuerpos y cargad con su santa cruz, y seguid hasta el fin sus santísimos preceptos».

 

¡Cómo me gustaría llegar hasta tu hogar y fundirme en un abrazo como regalo de Dios que alumbra al Cristo que llevas dentro!

Con mi afecto y bendición

Ángel Pérez Pueyo

Obispo de Barbastro-Monzón

Teclea lo que quieres buscar y pulsa Enter